El uso del bótox en el mundo estético como un tratamiento para reducir las líneas de expresión facial y, o para prevenir y retrasar la aparición de estas, se puede considerar relativamente reciente. Desde la década de los ochenta, la toxina botulínica se ha usado de manera segura y efectiva para tratar gran variedad de trastornos médicos funcionales, pero el interés por la aplicación cosmética ha aumentado considerablemente en los últimos años.
Esta sustancia química fue descubierta en 1895, después de que un grupo de personas se intoxicara con un jamón que la tenía, produciendo parálisis generalizada, lo que llevó a la muerte a tres de estos. Esto condujo a investigaciones posteriores del tema sobre el mecanismo de acción de la toxina botulínica, indagando cómo podía aportar a afecciones clínicas. Fue hasta finales de los años sesenta que se iniciaron las aplicaciones clínicas, intentando debilitar los músculos extraoculares con el objetivo de que se pudieran usar para el tratamiento no-quirúrgico del estrabismo en humanos.
Años después de continuar investigando acerca de cómo podía utilizarse la toxina botulínica en diferentes afecciones en los que debilitar el músculo e impedir su contracción fuera una solución temporal, se inició la búsqueda de sus efecto a nivel estético, encontrando una alternativa para prevenir líneas de expresión faciales y disminuir la apariencia de estas, en caso de que ya existan.
Actualmente, en el mundo de la estética, el bótox es una de las alternativas para el rejuvenecimiento facial y para el cuidado del rostro. Cabe resaltar que, para su aplicación no se necesita una edad específica, los jóvenes, en pro de prevenir arrugas en su piel, pueden iniciar este tratamiento y así retrasar los efectos del paso de los años en el rostro.
Otro de los puntos importantes a tener en cuenta son los dos tipos de arrugas que existen: estáticas y dinámicas. En un primer lugar, las estáticas se producen como resultado del paso del año, con la pérdida de colágeno y el descolgamiento de tejidos. El segundo tipo, las dinámicas, son las que se dan como consecuencia del movimiento repetitivo. El bótox es útil para eliminar este último tipo, las dinámicas, pues son las producidas por la contracción muscular.
Es importante destacar que, la toxina botulínica tiene un tiempo de duración de hasta 6 meses, por lo tanto, se debe tener este tiempo de descanso de aplicación del tratamiento para iniciar nuevamente.
La aplicación del bótox debe realizarse con un especialista, para asegurarse que se realice de la forma adecuada. Contáctame para obtener más información.