En un principio, el padre de la cirugía estética, Gustav Fechner, estableció 5 principios en los que se debía regir esta rama de la cirugía plástica. Años después, con los avances de la ciencia y la tecnología, estos principios se ampliaron a 8. Varios de estos no eran aplicables a la cirugía plástica, sin embargo, continúan vigentes dos de estos que se consideran generales y que son de gran importancia para la rinoplastia: Simetría y Continuidad. Tiempo después, estos se resumieron a 3 principios únicamente, que logran englobar los pilares de la cirugía estética, y por ende aplican en una rinoplastia, estos son: Simetría, Continuidad y Persistencia.
La simetría se considera fundamental en la cirugía estética, tanto si se habla de un procedimiento corporal como facial, es por esto que en la nariz, esta no es una excepción. Sin embargo, el grado de dificultad de este principio inicia aquí, pues hay que destacar dos puntos importantes. En primer lugar, se debe tener en cuenta que, la nariz es simétrica con respecto a ella misma, por ejemplo las fosas nasales, una es similar a la otra. En segundo lugar, se debe considerar la relación de la nariz con el resto de la cara.
El segundo principio, la Continuidad, es igual de importante que la simetría. Hablando específicamente de la nariz, este es un principio clave, pues una interrupción de continuidad en las líneas dorsales conduce a un resultado antiestético. Cabe resaltar que cierta ausencia de continuidad puede verse equilibrada con la simetría, sin embargo, depende del caso. En la cirugía plástica y estética, se han introducido diversos medios que puedan contribuir a conservar y corregir el principio de continuidad, tales como: injertos o colgajos.
Por último, pero no menos importante, tenemos el principio de Persistencia, el cual está ligado estrechamente a los anteriores. Pero aquí juegan también elementos étnicos, pues este consiste en aplicar la simetría y la continuidad sin que se pierdan los rasgos característicos de su cultura y comunidad a la que pertenece. Cabe resaltar que, la transformación de la nariz puede afectar la edad que aparenta. Con el paso del tiempo, la nariz suele descender, si se cambia radicalmente este factor, el paciente puede parecer más joven de lo que realmente es. La persistencia consiste entonces en cuidar las facciones del paciente, sin ser un obstáculo para que se cumplan los principios de simetría y continuidad.
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